QUINTA PARADA-- La vida es el trayecto que tenemos que atravesar todos, por suerte o desgracia, el trayecto que cada uno tiene que recorrer no es infinito... Ese trayecto puede sernos ameno, divertido, muy agradable o por el contrario, aburrido, monótono... Yo quiero que me acompañen y poder acompañar. Te espero en la quinta parada...
miércoles, 31 de marzo de 2010
"Pablo"
Sandra sintió un escalofrío al ver la cara del hombre que salía detrás del botellero con las manos en alto. Cuando consiguió articular palabra dijo:
- Abraham, ¿tú?
Abraham se quedó mirándola fíjamente pero no dijo nada, bajó la cabeza y fue andando hacia la escalera para subir y dejarse esposar por el policía que esperaba en la puerta. Sandra subió a la cocina y dio la orden a dos compañeros para que vigilaran el sótano. Cuando se puso frente al profesor de Pablo le dijo:
- Lo primero que quiero que me digas es donde está Pablo, del resto ya hablaremos en comisaría.
- Pablo está abajo.
Sandra inmediatamente bajó y junto a los dos compañeros que esperaban en el sótano se pusieron a buscar al niño.
- Pablo, pequeño, ¿donde estás? Ya ha pasado todo, no tengas miedo, tu mamá está arriba esperando.
- ¡Sandra, Pablo está aquí, corra ven!
Pablo yacía en el suelo, detrás de la caja de herramientas. Apenas se podía ver bien al niño por la oscuridad del sótano pero cuando un policía alumbró con la linterna la cara del niño estaba totalmente pálido.
- ¿Está muerto? - preguntó el policía que alumbraba.
- No, aún respira pero su pulso es muy lento, di al médico que baje.¡Rápido!- ordenó Sandra.
El médico bajó e intentó reanimar al chico, le tuvieron que poner una mascarilla de oxígeno y rápidamente lo subieron para meterlo en la U.V.I. móvil y llevarlo al hostipal.
Tres horas más tarde se encontraban Abraham, Lidia y Sandra en una sala de comisaría para tomar declaración de los hechos.
- Aún no entiendo cómo he llegado a este lío, señora Sandra, yo hasta hace unos meses tenía mi vida normal, mi trabajo, adoro mi profesión de maestro, adoro a los niños y a la enseñanza. Lo único que puedo decir es que no piense en ningún momento que yo he abusado de ningún niño en la vida, eso téngalo usted por seguro- dijo Abraham mientras se secaba las lágrimas.
- ¿Para qué raptaste a los niños?- Sandra intentaba mantenerse en calma.
- Todo empezó cuando conocí a Lidia, bueno a Trujillo, antiguo socio de Lidia que como usted sabrá se encuentra desaparecido desde hace más de dos meses. Trujillo me presentó a Lidia y no sé ni cómo me he visto envuelto en este embrollo.
- ¿Sin darse cuenta dice? ¿Sin darse cuenta usted rapta a niños y los mete en la cocina de un restaurante a explotarlos trabajando? Disculpe pero no logro entenderlo- Sandra comenzaba a perder la paciencia.
- Déjeme que le explique, por favor. Trujillo me amenazó diciendo que si no le ayudaba en un turbio negocio difundiría la noticia de que yo había abusado de un niño, niño que por cierto, me enteré después, había abusado él. Es Tato, el otro chico que han encontrado en el sótano...
- Continúe por favor- dijo la agente.
- Como usted puede imaginar, si una noticia así llega a manos de la Delegación mi carrera como maestro acabaría, por no hablar de mi reputación... Imagínese, ¿con qué cara podría mirar a mi madre?
- Ah que ahora la podrá mirar con mejor cara, ¿verdad?
- No, ya no hay remedio. De eso me di cuenta el día que hablé con Tony por teléfono, estuve a punto de decirle todo lo que me estaba ocurriendo pero el miedo y la vergüenza no me dejaron.
- ¿Usted ha colaborado en más desapariciones de niños además de la de Pablo?
- No señora, sólo he colaborado con la captura de Pablo y tampoco fui yo el que lo cogió a la salida del colegio, pero sí, colaboré.
- ¿Cómo? ¿Qué ocurrió ese día?
- Ellos me habían pedido que observara a dos niños que querían llevárselos a Córdoba, que allí tienen otro restaurante como el que hay aquí. Me dieron una serie de característica y los únicos que las cumplían eran Pablo y Vicente. Fijaron un día y yo lo único que tenía que hacer era despistar a la conserje, Rocío, ya que es la que cierra las puertas del colegio. En caso de que algo fallara, yo podría hacerme el despistado, como que no sabía nada y culparla a ella directamente, pues se supone que es la última que ve a los niños. Cuando acabó la última clase y di orden a todos los alumnos para que salieran, dos hombres con rasgos orientales que no había visto nunca llegaron a mi clase, no sé bien por donde entraron y me dijeron que les señalara a los dos niños que se iban a llevar. Ahí fue donde fallé, debí haber gritado, no sé, creo que aún estaba a tiempo de todo, pero no fui consciente, me limité a señalar con la mirada a Vicente y Pablo y me fui con el resto de niños. Ya no vi nada más, a las pocas horas, cuando me avisaron que Pablo había desaparecido me enteré que Vicente había logrado escapar.
Mientras continuaba la declaración, en urgencias a la espera de noticias de Pablo permanecían Manoli, Tony, Eloy, Irene y dos policías.Manoli se sentaba, se levantaba, salía a la puerta, entraba, estaba atacada de los nervios. Tony la intentaba tranquilizar mientras observaba como Irene y Eloy discutían sentados en la sala de espera. Eloy se levantó y llamó a Manoli le dijo que salieran a la puerta que tenían que hablar.
- Manoli tranquilízate ya nos han dicho que el niño está fuera de peligro.
- Eloy, ¿cómo puedes estar tan relajado? ¿Imaginas el daño psicológico que le quedará al niño?
- Claro que lo sé y nosotros estaremos a su lado para apoyarlo... mmm aunque bueno, hay una cosa que tenmos que hablar- a Eloy le cambió la cara por completo.
- Dime, ¿de qué se trata? ¿te volverás a Holanda para siempre? Es algo que imaginaba, no te preocupes.
- No quería decirte nada aquí, no es el momento Manoli.
- ¿Y cuando será el momento? ¿Cuando te pille con otra en la cama? ¿Cuando Eloy, cuando es el momento?
- Manoli estás muy nerviosa y ya te digo que ahora el principal problema es Pablo.
- De Pablo me encargo yo, tu si quieres puedes ir a casa a coger la maleta y te largas ya. No te hemos necesitado nunca, bueno si, pero nunca has estado y he tenido que buscar ayuda por otro lado. Lo más parecido al cariño de un padre lo han visto mis hijos en la figura de Tony, ¿cuánto hace que no juegas con ellos? ¿Le has cambiado un pañal a Gema alguna vez? Te lo has perdido todo, toda la infancia de Pablo.
Eloy interrumpió a su esposa- siempre estoy trabajando para que no os falte nada, no puedes ser tan injusta conmigo Manoli, eso no te lo consiento. Tu si quieres quédate con tu amiguito Tony que yo me largaré a Holanda pero, no te creas ni en sueños que me desatenderé fácilmente de mis hijos, son tan míos como tuyos.
Tony salió corriendo de urgencias llamando a Manoli para decirle que a Pablo lo iban a subir a planta y que estaba bien.
Todos subieron a ver al niño, aún estaba medio dormido. Eloy dio un beso a Pablo y se fue, Irene se fue tras él...
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