viernes, 19 de marzo de 2010

"Pablo" (8ª parte)



DIARIO JAÉN (Portada):

“Detenido un señor en el aeropuerto
de Granada con un niño sin documentación”.


A las 23:30 horas de la noche
anterior, un señor de unos treinta
y cinco años es detenido
por los vigilantes de seguridad
del aeropuerto de Granada al pasar
por el detector de metales.
El señor, que atiende al nombre
de Ambrosio y es natural de Linares
(Jaén), portaba un “machete”
de una hoja de 14 cm según datos
oficiales de la policía. Ambrosio
no iba solo, llevaba de la mano
a un menor del cual no tenemos
ningún dato.
Según fuentes de Europa Press tanto
el señor como el niño fueron interceptados
y llevados a la comisaría de Granada,
donde permanecen en estos momentos a la
espera de ser trasladados a Jaén,
donde será juzgado
el adulto y se pretende
identificar al menor.


LA OPINIÓN (Portada):

“La policía busca a un menor desaparecido a la salida
del colegio”


Se ha creado un dispositivo de
búsqueda para encontrar
a un menor que desapareció
“supuestamente” a las 14 horas
del miércoles. Según el secretario
general de policía A.M.
tanto la Policía Nacional como
la Guardia Civil, trabajan en la
búsqueda de Pablo, un menor natural
de Linares (Jaén). Familiares y
amigos de los padres del niño
salieron en su búsqueda el mismo
día de la desaparición
pero no hubo suerte. El padre del
menor se encuentra de
camino, se encontraba en Holanda
por asuntos de negocios,
mientras que la madre, que atiende
a las iniciales de M.B.
y un amigo de ésta, no han parado
de buscarlo por la ciudad y
alrededores de Linares.

En cuanto la policía de Linares recibió el aviso de la detención de Ambrosio con un niño, avisaron inmediatamente a Manoli para que acudiera a comisaría. No llegó sola, su fiel amigo Tony y Pepa, la amiga de éste, la acompañaban. Fueron momentos muy duros, una lucha entre la ilusión de volver a ver a su hijo y el pesimismo de que sólo fuese una simple coincidencia y que el niño no fuera el suyo. Con la cabeza apoyada en la máquina de café y la mirada transpuesta no paraba ella misma de repetirse susurrando "tranquila Manoli, tranquila". Habían pasado ya casi tres horas pero la sensación que tenían los tres es que llevaban un día entero allí... de repente se escucha la sirena de un coche de policía, eran ellos. Se acercó Sandra y les dijo que no se movieran de allí hasta que un agente no los citara.
Esa espera fue aún peor, pensar que su hijo podría estar a tres metros de ella. Hasta ese momento no había sentido rabia, ni siquiera preocupación de quién podría a ver sido el causante de todo, sólo pensaba en Pablo, que estuviera bien y que no hubiera sufrido.

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