QUINTA PARADA-- La vida es el trayecto que tenemos que atravesar todos, por suerte o desgracia, el trayecto que cada uno tiene que recorrer no es infinito... Ese trayecto puede sernos ameno, divertido, muy agradable o por el contrario, aburrido, monótono... Yo quiero que me acompañen y poder acompañar. Te espero en la quinta parada...
miércoles, 31 de marzo de 2010
"Pablo"
Sandra sintió un escalofrío al ver la cara del hombre que salía detrás del botellero con las manos en alto. Cuando consiguió articular palabra dijo:
- Abraham, ¿tú?
Abraham se quedó mirándola fíjamente pero no dijo nada, bajó la cabeza y fue andando hacia la escalera para subir y dejarse esposar por el policía que esperaba en la puerta. Sandra subió a la cocina y dio la orden a dos compañeros para que vigilaran el sótano. Cuando se puso frente al profesor de Pablo le dijo:
- Lo primero que quiero que me digas es donde está Pablo, del resto ya hablaremos en comisaría.
- Pablo está abajo.
Sandra inmediatamente bajó y junto a los dos compañeros que esperaban en el sótano se pusieron a buscar al niño.
- Pablo, pequeño, ¿donde estás? Ya ha pasado todo, no tengas miedo, tu mamá está arriba esperando.
- ¡Sandra, Pablo está aquí, corra ven!
Pablo yacía en el suelo, detrás de la caja de herramientas. Apenas se podía ver bien al niño por la oscuridad del sótano pero cuando un policía alumbró con la linterna la cara del niño estaba totalmente pálido.
- ¿Está muerto? - preguntó el policía que alumbraba.
- No, aún respira pero su pulso es muy lento, di al médico que baje.¡Rápido!- ordenó Sandra.
El médico bajó e intentó reanimar al chico, le tuvieron que poner una mascarilla de oxígeno y rápidamente lo subieron para meterlo en la U.V.I. móvil y llevarlo al hostipal.
Tres horas más tarde se encontraban Abraham, Lidia y Sandra en una sala de comisaría para tomar declaración de los hechos.
- Aún no entiendo cómo he llegado a este lío, señora Sandra, yo hasta hace unos meses tenía mi vida normal, mi trabajo, adoro mi profesión de maestro, adoro a los niños y a la enseñanza. Lo único que puedo decir es que no piense en ningún momento que yo he abusado de ningún niño en la vida, eso téngalo usted por seguro- dijo Abraham mientras se secaba las lágrimas.
- ¿Para qué raptaste a los niños?- Sandra intentaba mantenerse en calma.
- Todo empezó cuando conocí a Lidia, bueno a Trujillo, antiguo socio de Lidia que como usted sabrá se encuentra desaparecido desde hace más de dos meses. Trujillo me presentó a Lidia y no sé ni cómo me he visto envuelto en este embrollo.
- ¿Sin darse cuenta dice? ¿Sin darse cuenta usted rapta a niños y los mete en la cocina de un restaurante a explotarlos trabajando? Disculpe pero no logro entenderlo- Sandra comenzaba a perder la paciencia.
- Déjeme que le explique, por favor. Trujillo me amenazó diciendo que si no le ayudaba en un turbio negocio difundiría la noticia de que yo había abusado de un niño, niño que por cierto, me enteré después, había abusado él. Es Tato, el otro chico que han encontrado en el sótano...
- Continúe por favor- dijo la agente.
- Como usted puede imaginar, si una noticia así llega a manos de la Delegación mi carrera como maestro acabaría, por no hablar de mi reputación... Imagínese, ¿con qué cara podría mirar a mi madre?
- Ah que ahora la podrá mirar con mejor cara, ¿verdad?
- No, ya no hay remedio. De eso me di cuenta el día que hablé con Tony por teléfono, estuve a punto de decirle todo lo que me estaba ocurriendo pero el miedo y la vergüenza no me dejaron.
- ¿Usted ha colaborado en más desapariciones de niños además de la de Pablo?
- No señora, sólo he colaborado con la captura de Pablo y tampoco fui yo el que lo cogió a la salida del colegio, pero sí, colaboré.
- ¿Cómo? ¿Qué ocurrió ese día?
- Ellos me habían pedido que observara a dos niños que querían llevárselos a Córdoba, que allí tienen otro restaurante como el que hay aquí. Me dieron una serie de característica y los únicos que las cumplían eran Pablo y Vicente. Fijaron un día y yo lo único que tenía que hacer era despistar a la conserje, Rocío, ya que es la que cierra las puertas del colegio. En caso de que algo fallara, yo podría hacerme el despistado, como que no sabía nada y culparla a ella directamente, pues se supone que es la última que ve a los niños. Cuando acabó la última clase y di orden a todos los alumnos para que salieran, dos hombres con rasgos orientales que no había visto nunca llegaron a mi clase, no sé bien por donde entraron y me dijeron que les señalara a los dos niños que se iban a llevar. Ahí fue donde fallé, debí haber gritado, no sé, creo que aún estaba a tiempo de todo, pero no fui consciente, me limité a señalar con la mirada a Vicente y Pablo y me fui con el resto de niños. Ya no vi nada más, a las pocas horas, cuando me avisaron que Pablo había desaparecido me enteré que Vicente había logrado escapar.
Mientras continuaba la declaración, en urgencias a la espera de noticias de Pablo permanecían Manoli, Tony, Eloy, Irene y dos policías.Manoli se sentaba, se levantaba, salía a la puerta, entraba, estaba atacada de los nervios. Tony la intentaba tranquilizar mientras observaba como Irene y Eloy discutían sentados en la sala de espera. Eloy se levantó y llamó a Manoli le dijo que salieran a la puerta que tenían que hablar.
- Manoli tranquilízate ya nos han dicho que el niño está fuera de peligro.
- Eloy, ¿cómo puedes estar tan relajado? ¿Imaginas el daño psicológico que le quedará al niño?
- Claro que lo sé y nosotros estaremos a su lado para apoyarlo... mmm aunque bueno, hay una cosa que tenmos que hablar- a Eloy le cambió la cara por completo.
- Dime, ¿de qué se trata? ¿te volverás a Holanda para siempre? Es algo que imaginaba, no te preocupes.
- No quería decirte nada aquí, no es el momento Manoli.
- ¿Y cuando será el momento? ¿Cuando te pille con otra en la cama? ¿Cuando Eloy, cuando es el momento?
- Manoli estás muy nerviosa y ya te digo que ahora el principal problema es Pablo.
- De Pablo me encargo yo, tu si quieres puedes ir a casa a coger la maleta y te largas ya. No te hemos necesitado nunca, bueno si, pero nunca has estado y he tenido que buscar ayuda por otro lado. Lo más parecido al cariño de un padre lo han visto mis hijos en la figura de Tony, ¿cuánto hace que no juegas con ellos? ¿Le has cambiado un pañal a Gema alguna vez? Te lo has perdido todo, toda la infancia de Pablo.
Eloy interrumpió a su esposa- siempre estoy trabajando para que no os falte nada, no puedes ser tan injusta conmigo Manoli, eso no te lo consiento. Tu si quieres quédate con tu amiguito Tony que yo me largaré a Holanda pero, no te creas ni en sueños que me desatenderé fácilmente de mis hijos, son tan míos como tuyos.
Tony salió corriendo de urgencias llamando a Manoli para decirle que a Pablo lo iban a subir a planta y que estaba bien.
Todos subieron a ver al niño, aún estaba medio dormido. Eloy dio un beso a Pablo y se fue, Irene se fue tras él...
martes, 30 de marzo de 2010
"Pablo" (10ª parte)
A Pepa le dio un ataque de ansiedad cuando dos camareros la cogieron forzosamente y la intentaron sacar del restaurante. Tan grande fue el susto que un cliente llamó a la ambulancia, al mismo tiempo que su mujer llamaba a la policía que no tardaron en acudir. El equipo de policías venía encabezado por Pedro que traía una orden judicial de registro del local, con este documento ya si que se podía acceder a cualquier sala del restaurante. Una vez que todo estuvo calmado irrumpieron en la cocina de Lidia y allí ya no quedaba nadie.
- No han podido salir, yo los hubiera visto, deben estar escondidos en algún lado- exclamó Tony sofocado aún por lo que había vivido minutos antes.
- Comprobad la puerta esa pequeña que había al lado de los fregaderos- ordenó Pedro al resto del equipo.
Sandra se ofreció encabezar el grupo. Abrió la puerta de una patada y sorprendida dijo:
- ¿Pero qué es esto? Está todo oscuro y hay unas escaleras como si fueran a un sótano.
- Espera, no bajes sin ponerte el chaleco... toma este arma y ponte el casco con la linterna- le ofreció un policía.
Sandra fue bajando las escaleras sigilosamente, aquel lugar olía fatal, había restos de comida por el suelo, ratas enormes corrían de un lado a otro todo el tiempo. De repente, vio moverse una sombra tras un bidón oxidado al fondo del sótano.
- ¿Hay alguien ahí? Voy armada- exclamó Sandra.
No hubo respuesta. De pronto sintió como una mano frío le tocaba el hombro por detrás, sintió miedo, pánico, tanto que no pudo articular palabra, su cuerpo quedó inmóvil.
- Ssshhhh, no hagas ningún ruido, te vas a quedar aquí hablando en voz alta mientras yo voy a acercarme a aquel bidón oxidado, cúbreme- le susurró Pedro al oído.
Sandra dio un gran suspiro. Cuando vio la mirada de Pedro que se volvió a intentar decirle con los ojos que había alguien ahí, Sandra quiso por momentos gritarle, decirle que tuviese mucho cuidado, que lo quería y que no pensaba moverse de ahí. Las lágrimas le bajaban por las mejillas. No se sabe de donde sacó fuerzas para comenzar la operación, pero ella empezó a cumplir las órdenes de Pedro.
- Si hay alguien ahí que salga ahora mismo, repito, voy armada y estoy perdiendo la paciencia... Mejor que salgáis antes que sea demasiado tarde, sé que estáis ahí y tenéis a Pablo escondido.
Pedro ya estaba al lado del bidón, en un rápido movimiento le dio la vuelta y vio aquello que producía la sombra.
- Pero, ¿tu?, ¿Pablo?, ¿Eres Pablo?
El niño no hizo ningún ruido, sólo negó con la cabeza. Estaba aterrorizado, temblando, no se apreciaban bien los ojos pero si que se veían brillar del llanto.
- Levántate y ve con Sandra, aquella policía que nos está alumbrando con la linterna, no te pares, corre, corre hacia ella pase lo que pase, allí te sentirás a salvo.
El niño no lo pensó dos veces, estaba confundido, no podía apenas pensar, simplemente se limitó a realizar la orden que aquel señor le había dado. Corrió cuanto pudo en busca de Sandra, llegó y se le abrazó a una pierna. Sandra ordenó que lo sacaran de ahí y lo intentaran tranquilizar arriba.
- ¿Hay alguien más ahí? Pensadlo bien, si os entregáis no pasará nada, salid por las buenas, se me está acabando la paciencia.
Otro niño salió corriendo tras una estantería, llorando y gritando
- ¡Sacadme de aquí, sacadme de aquí!
Al igual que al otro, también lo subieron arriba y el equipo intentaba tranquilizarlo. Ninguno de los dos era Pablo, pero ahora si que estaban seguros que Pablo también estaba entre ellos.
Manoli llegó al restaurante, estaba como loca, en mitad de una crisis nerviosa cogió a Tony de la camiseta y empezó a decirle que por qué no la había avisado. Tony se lo explicó e intentó tranquilizarla. Pasaron a la cocina y fueron a hablarle a uno de los dos niños rescatados.
- Déjame a mi, Manoli, tu puedes volver a perder los nervios otra vez y si a un niño que ya está asustado le hablas así, puede que no nos facilite las cosas- avisó Tony a la mamá de Pablo.
Manoli asintió con la cabeza.
- Pequeño, sé que estás muy triste, tienes mucho miedo, pero tu sabes que ahí abajo hay más niños como tu, ¿verdad?
El niño lo miraba fijamente pero no decía nada.
- A ver, dime como te llamas por favor.
El niño no parpadeaba, no dejaba de mirarlo.
- ¿Quieres que llame a tu mamá?
- Si- una vocecita como salió del cuerpo de aquel aterrorizado niño.
- Pero tendrás que decirme tu nombre para que pueda localizar a tu madre pequeño.
- José Miguel, pero todos me dicen Tato.
- Y dime Tato, ¿cuántos niños había contigo?
- Dos más, este y otro que llegó hace unos días. No sé como se llama, desde que llegó no ha dicho nada y por su culpa nos han castigado a los tres.
- ¿Si? ¿Qué ha hecho?- Tony veía como el niño empezaba a tranquilizarse.
- Pues nada, por eso nos han castigado, no habla, no hace nada de lo que nos ordenan, no quiere dormir por las noches...
- Sandra, hay otro niño abajo, tened mucho cuidado - gritó un policía que estaba asomado a la puerta del sótano.
Justo en ese momento se escucho un fuerte ruido. Pedro había sido golpeado y cayó al suelo. Sandra se alarmó y fue a por él, dos policías más bajaron rápidamente al sótano. Pedro estaba sangrando mucho y Sandra pidió que lo sacaran de allí y avisaran a un médico urgentemente.
Cuando lo estaban cogiendo, Sandra sintió la sensación de tener a alguien detrás de ella y rápidamente se giró. Vio esconderse a alguien detrás de un botellero y corrió a alcanzarlo. Apuntándolo con la pistola dijo:
- Sal de ahí ya, si no quieres que te vuele la cabeza. No hagas más daño del que ya has hecho. ¡Vamos que salgas te he dicho!
Un hombre salió del botellero con las manos en alto...
CONTINUARÁ...
lunes, 29 de marzo de 2010
"Pablo" (9ª parte)
- Nadie que no haya vivido una situación parecida puede imaginar lo que siente una madre en estos momentos, Tony – dijo Manoli con los ojos empapados en lágrimas.
- Te entiendo perfectamente Manoli, confiemos en la suerte y a ver si hoy se acaba esta pesadilla.
En ese momento el policía dio la orden a la apenada madre para que pasara a la sala al reconocimiento del niño. Instantes de angustia, incertidumbre, dudas, nervios, etc. Todo era un nudo que por momentos invadía a la mamá de Pablo.
- No, ese no es mi hijo, no es mi Pablo… Esto parece una broma, no puedo más, ¿Dónde está mi hijo por favor? ¡Me voy a volver loca!
Pasaron dos días y la ausencia de noticas engrandaban la pena de la familia, Eloy ya había vuelto y tras discutir con Manoli por haberle ocultado el enorme y triste suceso, pronto se organizaron para la búsqueda del niño. No fue hasta la tarde del jueves cuando, de la forma más inesperada, Pepa, la amiga de Tony llamó a éste por teléfono:
- Tony es urgente, escucha bien que apenas tengo cobertura.
- Dime Pepa, ¿qué pasa?
- Estaba comiendo en el restaurante chino de la avenida, el de Lidia y, no me tomes por loca, me dio la sensación de haber visto al niño desaparecido.
- ¿Qué dices? Tu apenas lo conoces nena, seguro que ha sido tu imaginación ante la obsesión que tenemos.
- Te doy mi palabra que ese niño era Pablo. Estaba en la barra del restaurante esperando la cuenta cuando ha salido de la cocina Lidia y al quedar la puerta entreabierta, vi a un chico al fondo. No quise decir ni hacer nada para no alarmar a nadie, por eso me he salido a la puerta a llamarte.
- Quédate ahí, Pepa, me acerco lo más rápido posible.
- Intenta venir con la policía, estoy segura que es Pablo.
Tony no dijo nada a Manoli, directamente se fue a comisaría para pedir que una patrulla lo acompañara e irrumpieran en el local para rescatar al niño. La respuesta de la policía fue rápida, ellos no podían hacer eso sin una orden del juez. Pero bueno, parece que ese día la suerte estaba de su lado, Sandra, la policía que tanto se había volcado con el caso se ofreció voluntaria a acompañar a Tony, estaba librando y si que podía ir al restaurante aunque fuese sin placa ni el arma.
Llegaron al restaurante de Lidia y allí estaba Pepa esperando. Pepa estaba muy nerviosa y cuando vio a su amigo se lanzó a sus brazos llorando.
- Tony estoy segura que es Pablo.
- Tranquila cariño, ¿sabe alguien más que estamos aquí?
Sandra interrumpió la conversación:
- No perdamos más tiempo, vamos dentro.
Entraron los tres y preguntaron a la camarera que si la señora Lidia podía salir a hablar con ellos. En un minuto, Lidia estaba frente a ellos.
- ¿Ocurre algo?
- Si, bueno… no sé como explicarte… emm – por momentos Tony dudó de cómo explicarle a la gerente del restaurante a lo que habían ido.
Sandra se adelantó:
- Mire, señora, venimos en busca de un niño que ha desaparecido.
A Lidia le cambió la cara en un segundo,
- ¿Cómo? No entiendo nada… y, ¿por qué iba a estar aquí?
- Porque hay gente que afirma que han visto al niño en la cocina de su local, así que pedimos que por favor, si no tienen nada que ocultar, que nos dejen entrar en su cocina para salir de dudas.
- No soy española pero conozco mis derechos y ustedes no pueden irrumpir en mi restaurante de esa forma sin una orden judicial. Además estamos trabajando y eso paralizaría el trabajo de mi personal.
- Pero señora no se da cuenta que estamos hablando de un niño, que en el caso de no dejarnos pasar usted se convirtiría en la principal sospechosa de la desaparición de Pablo.
Lidia quedó callada, no sabía más que decir para intentar frenar la entrada de los tres individuos en su cocina. Se le ocurrió entrar corriendo a la cocina pero Sandra lo impidió, la cogió del brazo y en tono amenazante le dijo que si ellos no podían entrar ella tampoco entraría. Lidia empezó a gritar y pronto se acercaron los camareros para ver lo que sucedía en la barra del restaurante.
viernes, 19 de marzo de 2010
"Pablo" (8ª parte)
DIARIO JAÉN (Portada):
“Detenido un señor en el aeropuerto
de Granada con un niño sin documentación”.
A las 23:30 horas de la noche
anterior, un señor de unos treinta
y cinco años es detenido
por los vigilantes de seguridad
del aeropuerto de Granada al pasar
por el detector de metales.
El señor, que atiende al nombre
de Ambrosio y es natural de Linares
(Jaén), portaba un “machete”
de una hoja de 14 cm según datos
oficiales de la policía. Ambrosio
no iba solo, llevaba de la mano
a un menor del cual no tenemos
ningún dato.
Según fuentes de Europa Press tanto
el señor como el niño fueron interceptados
y llevados a la comisaría de Granada,
donde permanecen en estos momentos a la
espera de ser trasladados a Jaén,
donde será juzgado
el adulto y se pretende
identificar al menor.
LA OPINIÓN (Portada):
“La policía busca a un menor desaparecido a la salida
del colegio”
Se ha creado un dispositivo de
búsqueda para encontrar
a un menor que desapareció
“supuestamente” a las 14 horas
del miércoles. Según el secretario
general de policía A.M.
tanto la Policía Nacional como
la Guardia Civil, trabajan en la
búsqueda de Pablo, un menor natural
de Linares (Jaén). Familiares y
amigos de los padres del niño
salieron en su búsqueda el mismo
día de la desaparición
pero no hubo suerte. El padre del
menor se encuentra de
camino, se encontraba en Holanda
por asuntos de negocios,
mientras que la madre, que atiende
a las iniciales de M.B.
y un amigo de ésta, no han parado
de buscarlo por la ciudad y
alrededores de Linares.
En cuanto la policía de Linares recibió el aviso de la detención de Ambrosio con un niño, avisaron inmediatamente a Manoli para que acudiera a comisaría. No llegó sola, su fiel amigo Tony y Pepa, la amiga de éste, la acompañaban. Fueron momentos muy duros, una lucha entre la ilusión de volver a ver a su hijo y el pesimismo de que sólo fuese una simple coincidencia y que el niño no fuera el suyo. Con la cabeza apoyada en la máquina de café y la mirada transpuesta no paraba ella misma de repetirse susurrando "tranquila Manoli, tranquila". Habían pasado ya casi tres horas pero la sensación que tenían los tres es que llevaban un día entero allí... de repente se escucha la sirena de un coche de policía, eran ellos. Se acercó Sandra y les dijo que no se movieran de allí hasta que un agente no los citara.
Esa espera fue aún peor, pensar que su hijo podría estar a tres metros de ella. Hasta ese momento no había sentido rabia, ni siquiera preocupación de quién podría a ver sido el causante de todo, sólo pensaba en Pablo, que estuviera bien y que no hubiera sufrido.
jueves, 18 de marzo de 2010
"Pablo " (7ª parte)
- Si pero, ¿qué tiene que ver eso con la desaparición de Pablo?
- El día que Pablo desapareció Abraham estaba raro, como ausente, le dije de ir a desayunar y ni me contestó. Pasó la mañana y yo como siempre antes de cerrar el colegio tengo orden de revisar cada aula por si ha quedado alguien…
- Continúa Rocío.
- Cuando subí a la primera planta escuché un ruido raro en un aula, el aula de Abraham, y fui corriendo a ver qué era.
- ¿Y?
- Me asomé pero no había nadie, cerré la puerta y justo cuando cierro vuelvo a escuchar otra vez el mismo sonido. Dudé por momentos, me puse nerviosa, me dio miedo, decidí abrir otra vez la puerta pero no lo hice, no me preguntes por qué, pero no la abrí, bajé las escaleras corriendo y cuando estoy llegando a la puerta de la consejería para recoger mis cosas veo como un niño corría por el pasillo y salió a la calle, iba llorando.
- ¿Te dio tiempo a reconocerlo?
- La cara si que se la vi, pero claro, como no los conozco aún pues no sabría decir su nombre. Inmediatamente después salí yo, cerré la puerta y me fui. No vi al niño y eso que estuve mirando por los alrededores.
- Si yo te mostrara las fotos de todos los niños ¿sabrías decirme quién era?
- Si, seguro, no se me olvidará la cara del niño asustado llorando en la vida.
- Vámonos a comisaría, Rocío, ahora tendrán que tomarte declaración y espero que cuentes todo lo que me has contado a mi.
- Pero… no sé, yo no quiero involucrarme en esto.
- Ya estás involucrada cariño, más que involucrada, todos los profesores coincidían que al ser tu la conserje eres la última que se queda en el colegio y como fue allí donde ocurrieron los hechos, no te queda otra que prestar declaración ya sea de forma involuntaria para colaborar con la búsqueda del niño o por mandato de un juez. Así que te aconsejo que si no tienes nada que ver con el tema, te vengas ahora conmigo y digas lo que pasó.
Rocío no dijo nada más, Sandra arrancó el coche y se fueron directamente a comisaría.
En el camino, Sandra llamó a su compañero Pedro para que citara también al profesor de Pablo, el profesor Abraham que hasta ahora se había mostrado muy volcado en la búsqueda del niño. Cuando llegaron, Rocío pasó directamente a dar declaración de los hechos a Pedro y Sandra esperó a que llegara Abraham. No tardó mucho, entraron los dos a la sala continua a donde se encontraban los otros dos.
- Buenas Abraham, el motivo de que esté citado aquí, como le habrá comentado mi compañero Pedro por teléfono es para intentar esclarecer en la medida que sea posible la desaparición de Pablo.
- Si pero todo lo que yo sé ya lo saben todos- dijo Abraham, que se mostraba un poco nervioso, normal, nadie está acostumbrado a dar declaraciones en comisaría habitualmente….
- ¿Cómo es Pablo en sus clases?
- Pablo es de los mejores alumnos que tengo, es educado, responsable, siempre presta atención en clase, es buen compañero, no tengo ninguna pega de él.
- Hábleme de Vicente, Vicente Parra, otro de sus alumnos.
Abraham quedó blanco, no esperaba esa pregunta.
- Eeeeeh… pues no sé…. Vicente… es otro niño muy inteligente, muy trabajador, siempre iba con Pablo, pero… ¿Qué tiene que ver Vicente en todo esto?
- A ver le digo, la pasada noche, el amigo de la madre de Pablo fue a casa de los Parra para ver a Vicente ya que es el mejor amigo del desaparecido e intentar sacar alguna pista. Por lo visto el niño se mostró muy raro, nervioso, no quería hablar , se negaba a ir al colegio, sólo decía que tenía miedo. ¿Normalmente es así de “raro”?
- No, que va, es un niño muy simpático, risueño, se lleva bien con todos, es muy hablador, sin ir más lejos, el otro día en el recreo, mientras el resto de niños jugaban él y Pablo se quedaron sentados en un banco y yo me senté con ellos. Me estuvieron contando sus historias, lo que querían ser de mayores…
- Como sabrá, antes de sentarme a hablar con usted, ya lo he hecho con la conserje del centro y ella me comenta que usted siempre hablaba bien de esos dos chicos.
- Si, es cierto, siempre los pongo como ejemplo para todo, pero porque ellos se lo han ganado, no soy amigo de favoritismos ni nada de eso, pero son los más trabajadores, los más educados, nunca arman broncas, nunca me dan problemas, pero… ¿a qué viene esto? ¿No pensará que… yo…?
- Tranquilo Abraham, yo no pienso ni dejo de pensar nada, aquí lo único que intentamos hacer es encontrar a Pablo y usted nos puede servir de gran ayuda, simplemente.
miércoles, 17 de marzo de 2010
"Pablo" (6ª parte)
- Pienso que deberías decírselo ya, no aguanto esta situación. Vale que mi relación con ella nunca fue buena, pero sólo el hecho de que se entere alguien de la familia, me crucifican fijo.
- Tranquila cariño, todo lo he dejado bien atado en Holanda, el día uno me trasladan por fin a Rotterdam y ya todo será más fácil. Tu vendrás al mes de estar yo allí arreglando la casa y buscándote un trabajo . Todo saldrá bien, no desesperes, es cuestión de días amor.
- ¿Has pensado cómo se lo dirás a mi hermana? No quiero que sospeche lo más mínimo de lo nuestro, imagina lo que podría pasar…
- Si, si que lo he pensado, mi separación no tiene “nada que ver contigo” . Ella lo lleva esperando varios años aunque nunca dijo nada, se pasa el día con su amiguito Tony y los amigos de éste… Supongo que por mi trabajo y mis “grandes ausencias” soy casi un desconocido para Pablo y,… Gemita, bueno ella es demasiado pequeña aún..
- Ah, ¿se sabe algo de Pablo?- preguntó Irene dando por hecho que Eloy estaba al tanto del tema.
- ¿Cómo? ¿Pablo, mi Pablo? Dime Irene, ¿le ha pasado algo?
- Nada, nada importante, cosas de críos… Bueno cariño, te tengo que dejar que viene mi madre. Un beso guapo y avisa al llegar.
- Otro para ti mi amor, estoy deseando verte.
Sandra estaba estacionando el vehículo en la puerta de la casa cuando como un rayo, Rocío se metió en el coche y se echó en los brazos de ésta llorando. Se le veía desesperada, asustada, con mucho miedo.
- Tranquila nena, no vamos hablar aquí, vámonos al pantano, seguro que hoy no habrá nadie y podremos hablar tranquilamente, además, no te vendrá mal un poco de aire fresco.
Rocío no dijo ni una sola palabra en todo el camino, Sandra tampoco. Llegaron y dejaron el coche frente a la presa, se bajaron y empezaron a pasear.
- Rocío, sólo te pido que me seas sincera con lo que me vayas a contar, olvídate que soy policía, soy tu amiga y quiero ayudarte.
- Sandra te lo quiero contar desde el principio. Como sabes, comencé hace unos veinte días a trabajar en el colegio de conserje, pues bien, desde el minuto uno, Abraham el jefe de estudios y profesor del chico desaparecido…
La cara de Sandra se puso blanca e inmediatamente interrumpió a su amiga:
- Ah, ¿sabías que Pablo había desaparecido?
- Si, no te adelantes, te lo quiero contar desde el principio. Escúchame por favor y ahora me dices lo que quieres.
- Vale, vale, continúa, perdón.
- Como te iba diciendo, Abraham se mostraba como muy agradable, siempre me decía que cualquier duda o problema que surgiera, le preguntara a él. El segundo día me llevó a comer , me contó sus historias con sus parejas y tal, yo también le confié cosas mías… Tranquila que de ti no le dije nada…
- Uff, me quedo más tranquila.
- Bueno, continúo. Siempre me hablaba de lo enamorado de su profesión que estaba y que adoraba a los niños. Pero a veces se ponía demasiado pesado con dos de sus alumnos, no hablaba de otra cosa…
- ¿Recuerdas los nombres?
- Claro, como no, Pablo y Vicente. Decía que eran especiales, que estaban hechos de otra pasta, que eran adultos encerrados en cuerpos de niños y cosas raras.
- ¿Cosas raras? Explícate anda.
- Al principio no le di la mínima importancia, pero Sandra, imagina más de una semana escuchando siempre el mismo tema: “hoy Pablo ha hecho una gracia y nadie lo ha pillado, sólo yo”… “Vicente es tan sensible, tan listo, tan soñador, tan, tan…”
martes, 16 de marzo de 2010
"Pablo" (5ª parte)
- Buenos días Manoli, creo que ya va siendo hora que nosotros empecemos a trabajar. Pase a esa sala que está mi compañero Pedro esperando para tomar nuevamente declaración, no olvide decirle cualquier dato por insignificante que sea- Sandra indicó a la mamá de Pablo.
Manoli se sentía perdida, sola en comisaría, denunciando la desaparición de su hijo. Entró en la fría sala y allí estaba Pedro sentado a un lado de la mesa, indicó a Manoli que se sentara frente a él y comenzaron con la declaración:
- ¿Manoli desde cuando tienes constancia que Pablo ha desaparecido?
- Esperaba que llegara a casa después del colegio pero nunca llegó.
- ¿Notaste raro a Pablo en estos útlimos días?
- No, Pablo es muy responsable a su edad y nunca me dio problemas. Esta semana se comportó como de costumbre.
- ¿Has hablado con algún compañero de clase, profesores, etc?
- Mi vecino y amigo Tony me está ayudando con la búsqueda. Anoche fueron a casa de uno de los mejores amigos de mi hijo y al preguntarle al niño, se mostró muy raro, incluso su madre dijo que nunca había visto a su hijo reaccionar así.
- ¿Cómo se llama el niño?
- Vicente Parra y tiene un hermano que se llama Javier.
- ¿Se podría hablar con el niño en presencia de sus padres si hiciera falta?
- Supongo que si, a Tony le dijeron que contásemos con ellos para cualquier cosa.
- ¿Pero el niño no le dijo ni una palabra?
- Por lo visto a la mañana siguiente el chico se negó a ir al colegio y sólo decía que tenía miedo y que le preguntaran a la conserje del colegio que es la única que sabía lo que había pasado..
- ¿La conserje? ¿La nueva? Rocío creo que se llama. ¿Os habéis puesto en contacto con ella? Yo la conozco bastante bien, es amiga de Sandra, la compañera que le ha atendido antes.
- Por lo visto, han intentado localizarla pero nada, ni se ha presentado hoy en clase ni estaba anoche en su casa- Hubo un silencio y nuevamente volvieron a aparecer los miedos, las lágrimas, la desesperación en el cuerpo de Manoli- Mi hijo, ¿Dónde estará? ¿le habrá pasado algo? Pero si nosotros no le hemos hecho nada malo a nadie, ¿por qué nos tiene que pasar esto? Mi marido está fuera, no vuelve hasta mañana y se volverá loco cuando venga y no vea a Pablo…
- Tranquila Manoli, lo está haciendo muy bien. ¿Y con el profesor de su hijo, han hablado?
- Si, mi amigo Tony que está para todo, lo llamó y por lo visto se ha movido preguntándole al resto de trabajadores del centro pero nada, todos apuntan a que la única persona que debe saber algo es la conserje.
- Espere un momento, por favor.
Mientras, Pedro salió a hablar con Sandra, casi susurrando le dijo
- Sandra intenta localizar a tu amiga Rocío y ordénale inmediatamente que se persone en comisaría. No le des ningún tipo de explicación, sólo que venga aquí en menos de una hora. Tiene que prestar declaración de lo ocurrido ayer al medio día cuando cerró el colegio.
- ¿Cómo? ¿Rocío? Sabía que estaba trabajando desde hace poco tiempo en el colegio pero no se me pasó por la cabeza… Ah, ahora que lo dices, ayer por la tarde tuve dos llamadas perdidas con número oculto y seguidamente un mensaje de Rocío que me decía algo así como “tenemos que hablar” pero no se me ocurrió que fuera nada importante, simplemente que mi amiga quería contarme algo.
Una vez dicho eso se dispuso a llamar a Rocío pero esta seguía con el teléfono apagado. Por un momento dudó en llamar al fijo de su madre, pero tampoco quería alertarla. Pasados unos minutos decidió llamar a la madre para informarse del paradero de su hija pero sorpresa, fue Rocío quién cogió el teléfono:
- ¿Si?
- ¿Rocío eres tu? Soy Sandra.
- ¡Sandra! Intento localizarte desde ayer, tengo un problema pero no quiero hablarlo por aquí contigo y menos con mi madre cerca. ¿Me recoges y nos vamos a otro sitio a hablarlo por favor?
- Dame quince minutos.
- Sólo te pido que seas discreta y no le digas a nadie donde estoy, tengo miedo.
lunes, 15 de marzo de 2010
"Pablo" (4º parte)
- Despierta Vicen, hay que ir al cole. Tu hermano ya está desayunando y tu sigues durmiendo.
- No voy a ir al cole, mamá, me duele mucho la tripa- contestó Vicente.
- ¿Cómo que te duele la tripa? Normal, ayer apenas comiste nada, venga un buen desayuno te vendrá bien.
- Que no, que no me voy a levantar.
- ¿Qué pasa Vicen?
- Nada mami.
- Vicen a una madre no se le miente, dime que te pasa por favor.
Vicente empezó a llorar. La señora Parra intentó mantener la calma e intentar extraerle el máximo de información...
- ¿Es por el colegio hijo?
El chico asintió con la cabeza entre lágrimas.
- ¿Por la desaparición de tu amigo?
Vicente no paraba de llorar, pasados dos minutos pudo decir:
- Mamá no te quiero decir nada, sólo déjame que hoy no vaya al cole, te lo suplico.
- Yo sería la primera que no te dejaría ir si supiera lo que pasa en el colegio, pero lo que no puedo hacer es mandar a tu hermano y a ti no. Tu imagina que Javi va al cole y, como el chicho de ayer, no vuelve. Yo me muero de la pena, tu padre también, tu también. ¿Me vas entendiendo cariño?
- Pues que tampoco vaya Javi.
- Cuando me cuentes que es lo que pasa decidiremos si vais o no al colegio... Y ya empiezo a cansarme Vicente.
- Pregúntale a Rocío, la conserje. Es la única que te puede decir algo.
A la señora Parra le subió un frío por la espalda que la dejó blanca.
"Rocío la conserje, ¿qué tendría que ver con la desaparición del amigo de mi hijo? ¿Tan grave es como para que mi hijo no quiera ir al colegio, no quiera levantarse de la cama?".
No aguantaba más y rompió a llorar
- ¿Hijo mío, qué te han hecho? Ahora mismo te vas a vestir y conmigo de la mano vamos a ir al colegio, no puedo más, eres mi hijo y algún día comprenderás lo que es para una madre pensar que su hijo puede estar en peligro y sin saber nada, estar totalmente perdida... Eso es muy injusto por tu parte, Vicen y no creo sinceramente que merezca que me trates así. Si es por vergüenza, si es por miedo, si es por pena, lo que sea cariño, te prometo que quedará entre nosotros.
El niño se lanzó a abrazar a su madre, era la primera vez que la veía llorar. No podía abrazarla más fuerte y entre susurros y lloros dijo:
- Mamá, tengo miedo, mucho miedo. No quiero volver más a ese colegio, no quiero ver a...
- ¿A quién hijo, a quién?
Vicente no podía llorar más fuerte junto a su madre...
Eran las diez de la mañana cuando Tony y Pepa llegaron a casa, antes habían pasado por el colegio, querían aprovechar la llegada de los profesores y de la conserje para intentar averiguar algo pero no hubo manera, los profesores seguían diciendo que le preguntaran a la nueva conserje Rocío pero esta no había acudido.
- ¿Nueva?- preguntó Tony a uno de los profesores- No sabía que había una conserje nueva.
- Si, Rocío, lleva en el colegio como mucho tres semanas. Cómo es la que abre y cierra las puertas, por eso digo que le preguntes a ella o a su tutor, Abraham.
"Pablo" (3ª Parte)
- ¿Si?- Contestó Tony ante la inesperada llamada de Abraham.
- Hola Tony, apenas tengo batería, escucha bien, he estado hablando con varios de los profesores pero no me han dado pista alguna, lo único en lo que coinciden todos es que le pregunte a Rocío, la conserje...
- ¿Rocío? No sé quién es la conserje. Bueno eso es lo de menos, ¿hay alguna forma de ponerse en contacto con ella, Abraham?
- Yo lo he intentado desde que me informaste de lo ocurrido, pero no hay manera de localizarla. El móvil lo tiene apagado y hasta mañana no sabré su dirección... Ah, creo que tengo la base de datos de todos los del centro en mi portátil, déjame un segundo que mire y te llamo.
Cinco minutos más tarde...
- Dime Abraham, ¿has localizado su dirección?
- Toma nota: en el pasaje de la calle canalejas, el 2º D.
- Gracias, si tuvieses alguna información más, avísame por favor, no te importe la hora que sea.
Tony, sus amigos y el señor Parra, se dispusieron a visitar a la conserje, en busca de alguna noticia, algún dato que hiciera esclarecer un poco el tema. Casi rompen el timbre de la puerta de la conserje de tanto llamar, pero nada, no hubo manera, en ese piso no había nadie, así que decidieron volver a la búsqueda por las calles y esperar a que se hicera de día para visitar el colegio y como no, a Rocío.
Al mismo tiempo, Sandra llegaba a casa. Muy despacio fue subiendo las escaleras para no hacer ruido y así no despertar a su pareja... Lo que no sabía es que Pedro la estaba esperando en el salón, a oscuras, sentado en el sillón de flores que había justo al lado del mueble de los libros.
- Creí que íbamos a hablar esta tarde, Sandra.
- Dios, que susto me has dado, no te esperaba ahí y menos con la luz apagada.
- No podía dormir después de cenar, que por cierto, ahí te he dejado un plato y nada, a esperar a que llegaras.
- Pero Pedro, mañana madrugamos, no me apetece ni quedarme despierta ni discutir ahora. Mañana si quieres hablamos.
Sandra salió del salón y se metió en el baño, Pedro se quedó a dormir en el sofá.
La noche pasó lenta, iba amaneciendo y los dos grupos de búsqueda no veían frutos por ningún lado. Mientras, en casa de Tony, Manoli intentaba dormir junto a Gema, pero era imposible, era cerrar los ojos y las imágenes de Pablo le venían una tras otra... Por un momento quedó como absorta, se trasladó al año pasado, el cumpleaños de Pablo que lo celebraron en Torremolinos, Eloy llevando a hombros al pequeño Pablo mientras ella paseaba en un estado más que avanzado de embarazo. Los tres se tumbaron en la arena y empezaron a debatir sobre el nombre del nuevo retoño. Pablo se había empeñado en llamarla Gema como la chica guapa que iba a su cole, mientras Eloy, inexplicablemente, quería llamarla Irene como su cuñada...
Ese recuerdo se cortó en seco al sonar el teléfono móvil, corriendo fue a cogerlo y ni se dio cuenta que en la pantalla aparecía "número oculto"
- Diga... Hola... Mira si se trata de una broma, no tiene nada de gracia- y colgó.
No había sido consciente hasta justo el momento de colgar el teléfono cuando le vino nuevamente la imagen de su hijo a la cabeza, ahora si que estaba asustada, ¿y si era alguien relacionado con la desaparición de Pablo? Ella misma quería convencerse de que no era eso, que sólo sería una broma de mal gusto, pero era inevitable pensarlo y no sólo eso, ante tanta obsesión, en menos de un segundo su cabeza se llenó de secuestros, accidentes, ...
"Tengo que llamar a Eloy, no es justo que no sepa nada, aún sabiendo que no puede hacer nada, es su hijo y debe saberlo. Esperaré a que sea una hora prudente y lo llamo, no puedo esperar más... Además, esta llamada... me estoy volviendo loca... mi hijo, por favor, ¿donde está? ¿quién querría hacerle daño o hacernos daño a nosotros, a nuestra familia?"
sábado, 13 de marzo de 2010
"Pablo" (2ª Parte)
Mientras...
- Sandra estás muy rara, apenas hablamos, cuando salimos a patrullar te pasas las ocho horas sin decir una palabra... siempre estás pensativa o con el móvil en la mano de mensajitos. Sabes que soy muy discreto y nunca me meto en esos temas, pero estoy empezando a preocuparme, nunca antes te noté tan fría, tan distante, tan distraída. No sé si es problema de alguien de tu gente y no quieres que me entere, no sé si el problema lo tienes conmigo... me voy a volver loco. Te pasas horas hablando con Mónica, cuelgas el teléfono justo cuando Mónica llega a casa para tomar café, ... no es que sienta celos de tu amiga, Sandra, es envidia sana, sueño que todo vuelva a ser como antes y que yo sea tu confidente igual q tu eres la mía...
- Pedro, no le des vueltas, Mónica para mi es mucha Mónica, tu lo sabes. Nos conocemos desde pequeñas, siempre ha sido como mi hermana y no hay nada de raro que hable mucho con ella por teléfono. Además, recuerda que hace tiempo tu me dijiste que necesitabas aire fresco, un espacio más grande donde poder pensar, donde poder hacer tus cosas y yo te lo di, ahora no me vengas a exigirme que te devuelva tiempo, no puedes pretender que de la noche a la mañana, vuelva a contarte cosas de mi cuando te has perdido tanto en estos últimos tres meses. Ella ha sido la única que ha permanecido a mi lado siempre, la que me ha escuchado, me ha animado, me ha visto llorar y ha llorado conmigo, me ha hecho reir, me ha querido y me ha dado lo que necesitaba en cada momento...
- Cuando hablé de Mónica, era sólo a modo de ejemplo para decirte lo que estoy pasando al verte tan "a tu bola"; sin ir más lejos, esta tarde, cuando llegó Manoli, la mujer que ha perdido a su hijo, en otra situación te hubieras volcado mucho con ella, le habrías consolado, le habrías aconsejado, etc., en cambio, lo único que has hecho ha sido tomar declaración y repetirle lo que ya le dije por la mañana, que hasta pasadas 24 horas, no nos pondríamos manos a la obra...
En ese momento sonó el teléfono de Sandra...
- Dime cariño... si... en media hora estaría bien... en casa está, luego te cuento...vale... un beso pequeña.
- Voy a vestirme, Pedro, luego si quieres esta noche, a la vuelta, retomamos la conversación.
- Como quieras Sandra- y se fue a la habitación.
Eran las once de la noche, Manoli llegaba a casa de Tony con pañales y la cena para la pequeña Gema. Angustiada, apenada, con los ojos como platos, al entrar en el apartamento de su amigo se derrumbó totalmente en los brazos del chico que ya no sabía qué decirle para intentar animarla. Después, un poco más tranquila cogió en brazos a su hija y meciéndola, no paraba de repetirle lo mucho que la quería... Tony no podía más y rápidamente se levantó del sillón y exclamó:
- Manoli, estás muy cansada, creo que va siendo hora de que yo haga algo, no puedo quedarme todo el día en el piso a la espera de noticias, sin hacer nada.
- Mucho haces, nene, cuidando de Gema. Además eres el único que me da calor, que me apoya, que siento que se preocupa y que entiende mi preocupación. ¿Has visto el caso que me ha hecho mi hermana? No sé en qué estará pensando Irene, pero no es normal que la llame con la pena que tengo y lo único que me dice es "no le digas nada a mamá para no preocuparla". Vale, yo tampoco quiero preocuparla pero qué menos que venga conmigo a buscar a Pablo, que coja su coche y se de una vuelta por las afueras... No puedo más, Tony, no puedo más.
- Cuando se duerma Gema, cenas esto (señalando dos montados de lomo con berenjenas) y te das una ducha, yo voy a salir y a intentar conseguir a gente para pasarnos la noche buscando a Pablo. Es imprescindible que no te muevas de casa, si te duermes, deja el móvil cerca, te mantendré informada en todo momento, vida.
Una hora más tarde, Tony junto con sus amigos Jose, Sergio, Belén, Adrián y Pepa salían a buscar a Pablo. Decidieron hacer dos grupos, Sergio, Pepa y Adrián irían en coche a las afueras de la ciudad mientras Tony, Jose y Belén caminarían a pie por todas las calles posibles pero antes visitarían la casa de los padres de los mejores amigos de Pablo, los señores Parra.
- Hola buenas noches y disculpen las horas, pero se trata de un tema más que preocupante- exclamó Tony al señor Parra.
- Nada, nada, dime, ¿ha pasado algo?
- Pablo, el amigo de Vicen y Javi, no ha aparecido en todo el día y queríamos saber si sus hijos le habían comentado algo.
- Espera que le pregunte a mi mujer, pasen, pasen, no se queden ahí.
Pasados unos minutos, apareció la señora Parra en el salón.
- Pues ahora que recuerdo, mi Javi que es tan despistado vino del colegio como siempre, pero Vicen no articuló ni una palabra en la comida, cosa rara en él...
- Supongo que ya duerme, ¿verdad?- preguntó Tony.
- Si, vamos, yo lo dejé dormido, espera que me asome a ver y le pregunto... Ven conmigo a ver si consigues tu sacarle más información que yo...
La señora Parra entró al cuarto de su hijo junto al amigo de Manoli. Sigilosamente retiró la sábana de la cara al niño y susurrándole:
- Vicen, mi pequeño, ¿estás despierto?
El niño tenía los ojos abiertos pero no dijo nada.
- Está aquí el amigo de la mamá de Pablo, está preocupado porque dice que no ha aparecido desde que salisteis del colegio. ¿Imaginas donde puede estar tu amigo?
Vicente tuvo una reacción rara, al menos así lo entendió su madre. En lugar de incorporarse en la cama, preguntar que si le había pasado algo a su amigo... se tapó con la sábana con la cabeza y empezó a llorar...
viernes, 12 de marzo de 2010
"Pablo" (1ª Parte)
... Y el niño seguía sin aparecer. Pablo nunca había tardado tanto en volver del colegio, tan sólo una vez que distraído con sus amigos Vicen y Javi se quedaron a jugar en el parque que hay frente a la casa de Vicen. De eso hace un año al menos.
- Tony te dejo a la "enana" que voy a acercarme al colegio, estoy muy preocupada- dijo Manoli, preocupada, no quería mostrar su pánico delante de su pequeña.
- No estés preocupada, seguro que son cosas de críos, se habrá parado a jugar con cualquier niño a la salida del colegio y seguro lo encuentras de camino. ¿Ha comido la niña ya?
No le dio tiempo a Tony a acabar su frase cuando Manoli ya bajaba las escaleras del bloque corriendo. Fue salir del bloque y toparse con el coche de la policía... por momentos dudó si alertarlos de lo sucedido o esperar a encontrar a su hijo por ella misma. Dio dos pasos pero paró en seco y se volvió agitando el brazo para hacer que la policía parase. Eran los agentes Sandra y Pedro, que habitualmente rondaban el barrio...
- Perdone usted, señor policía, mi hijo debía haber llegado a casa a las dos de la tarde del colegio y mire que horas y no ha llegado.
- Sólo ha pasado una hora, señora, espere un poco más y si en dos horas no sabe nada del niño acérquese a comisaría y de parte de la desaparición. Aún así, hasta pasadas 24 horas del suceso, no podremos hacer nada- exclamó el joven policía.
El color de la cara de Manoli cambiaba por momentos, ¿cómo que no podrían hacer nada hasta pasadas 24 horas? Pero, ¿esto qué es? Su hijo no aparecía y ella no se iba a quedar de brazos cruzado. Se despidió de la policía intentando disimular su rabia y siguió caminando en busca de Pablo.
Lo que hasta hoy había sido una caminada de cinco minutos, hoy parecía que le habían añadido kilómetros a las calles; no quería avisar aún a Eloy, su marido, que llevaba cuatro días en Holanda por asuntos de trabajo y sabía que no podría hacer nada, sólo preocuparlo.
Al fin llegó, el colegio estaba cerrado y ni un niño en la puerta, justo al llegar sintió como un crujido en su estómago, no podía perder los nervios se repetía una y otra vez para sus adentros.
"¿Qué hago Dios mío?", "¿Donde está mi hijo?"
Las lágrimas le caían pero ella ni cuenta se daba. De momento, parece cómo que se paró el tiempo, a lo lejos vio a dos niños vestidos de uniforme del colegio con sus respectivas mochilas a la espalda...
- Pablo!!!! Hijo mío!!!!!- gritaba mientras corría hacia los niños.
- Pero Pablo, ¿que soy mamá? ¿no te paras?
Cuando de repente los niños se giraron. No eran Pablo, ni uno ni otro.
- Chicos, ¿habéis visto a un niño de vuestra edad, moreno, de esta altura? - fue lo máximo que alcanzó a pronunciar antes de derrumbarse por completo. Un brusco llanto la invadió y no alcanzó a articular ni una palabra más. Los niños, asustados, empezon a correr.
Sola, en mitad de la calle, de rodillas, sin poder controlar el llanto, sin saber qué pensar, qué hacer, a quién acudir...
Una hora más tarde, Manoli se encontraba en comisaría esperando para que le tomaran declaración de lo ocurrido. Mientras esperaba, sonó el móvil, los nervios no la dejaban abrir el bolso; cuando consiguió sacarlo...
- Dime Tony! ¿Ha aparecido mi Pablo?- contestó la apenada mamá.
- No, cariño, creí que ya estabas con él y te llamaba para decirte que no te preocuparas por Gemita, que se ha quedado dormida. Entonces, ¿no sabes nada del niño? ¿Has llamado a tu madre o a tu hermana Irene por si al niño le ha dado por ir a su casa?
- No, nene, Pablo nunca va a casa de mi madre ni de mi hermana sin decírmelo antes, aún así, en cuanto te cuelgue las llamo, no lo hice antes porque bastante mal lo estoy pasando yo como para preocuparlas también a ellas- las lágrimas nuevamente, comenzaron a brotarle.
- Tranquilízate Manoli, el niño no debe haber ido muy lejos, seguro que está con un compañero de clase o algo. Su profesor es Abraham, ¿verdad?
- Si, ¿por?
- Creo que tengo su teléfono, no me preguntes por qué... es una historia muy larga y no estamos para perder el tiempo. Hace mucho que no hablo con él, pero ante tal situación no me queda más remedio que me diga algo, al menos, si lo notó raro, si se peleó con otro crío o si tuvo algún problema. Te cuelgo cariño y lo llamo.
- Gracias Tony, muchas gracias por todo lo que siempre haces por mi- consiguió decir entre sollozos.
En cuanto colgó el teléfono, Manoli llamó a su hermana para advertirle de lo ocurrido y decirle que de momento no le dijera nada a su madre, que ya sabían lo mayor que estaba y que otro susto no le vendría bien. Mientras, Tony llamó a Abraham...
- ¿Si?
- Hola Abraham, sabes que no te llamaría si no fuera porque es algo importante y nada tiene que ver con lo que nos pasó en su día...
Unos segundos de silencio y...
- Mira, Tony, no te vas a enterar en tu vida, no pasó nada, al menos nada malo, tu te lo tomaste así, allá tu, pero mi conciencia está muy tranquila...
Tony interrumpió al otro:
- Abraham, no estoy para discutir, sólo te llamo para que me digas como viste a Pablo Beneito hoy en el colegio?
- ¿Y eso? ¿Le ha pasado algo?
- No aparece, desde que salió de clase no ha llegado a casa y mira que hora es...
- No sé, estaba como siempre, tranquilo, sus ejercicios bien hechos, no me he fijado mucho, la verdad, pero por eso mismo, porque no hizo nada que me hiciera fijarme en él más de la cuenta.
- ¿Sabes si ha discutido con algún otro compañero o algo?
- Ya te digo que delante de mi, no ha pasado nada que me alertara... no sabría decirte.
- Gracias por todo, Abraham, si sabes algo te rogaría que me tuvieras informado.
Y colgó...
jueves, 11 de marzo de 2010
A ti...
Vuelvo a las andadas, apenas saco tiempo para hacer cosas, mi vida ha cambiado mucho, ya hace más de un año que llegué a Linares, atrás quedó Murcia, mis amigos, mis compañeros, quedó la playa, los miércoles de cine, atrás quedaron las horas de trabajo, allí quedó una parte de mi...
Un año después vienen a mi sensaciones ya olvidadas, no recordaba lo positivo de esta historia, nuevo trabajo, nueva casa, nueva ciudad, comenzar a conocer gente... Es por esto último, el conocer gente, lo que me trae hoy aquí, a querer expresar lo que estoy viviendo, lo que siento.
Meses me costó pero alfín apareció, muchas tardes de agobios, aburrimiento, internet, ... no había otra cosa, hasta me apunté al gimnasio!!! Hoy todo ha cambiado, ha dado un giro impresionante, nada tiene que ver mi vida de hace unos meses a lo que vivo ahora. Un auténtico placer salir de tu trabajo con prisas porque has quedado para tomar café, todo un gusto tener que hablar tres minutos con tu madre porque estás a medio de una partida de cartas... El "no-dormir" ha pasado de ser un calvario a un auténtico disfrute... Ahora no quiero dormir, quiero estar más horas despierto para poder seguir disfrutando, para poder seguir conociendo, para poder seguir riendo, ver otra peli después de ver la peli, ...
Unos cuántos "cafés con leche fría" son los culpables de todo... No podía ser en otro sitio, más viniendo de donde vengo, soy GÜIDO, como el prota de "La Vida es Bella", "Nine"...
Tutto ha dovuto accadere a Roma (Todo debía pasar en Roma)
Sólo puedo dar GRACIAS, gracias por todo lo que has hecho por mi, por acercarme a tu vida y a tus amigos, por compartir conmigo tantos momentos de música, de cine, de juegos, compartir conmigo tus planes, tus momentos... Gracias por confiarme tus problemas, tus dudas, tus alegrías, tus secretos... Gracias por tu sinceridad...Mil gracias por escucharme, por mostrar siempre un desmesurado interés en cada palabra que te he dicho, que te he contado de mi, de mis amigos, de mi vida. Gracias por preocuparte tanto por mi, no has dejado que me aburriera, que dudara, que me sintiera solo...
¿Sabes que es lo mejor? Todo lo que aún nos queda, muchos más conciertos, musicales, viajes, momentos de risas, momentos de confianza, de apoyo mutuo, ... "croasanes mixtos y colacaos" jajajajaja
Gracias por mostrar todo aparentando no mostrar nada, eso me encanta!!!!!!
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