La flauta

A mis compañeros de la banda de música...


Érase una vez una flauta travesera, la más bonita de toda la banda. Muy coqueta ella, acudía a la Verbena de Paloma año tras año vestida de corcheas, los saxos la piropeaban a su paso y las trompetas se morían de la envidia, las trompas desafinaban cuando la veían acercarse y es que la flauta se contoneaba a un 2:4, lo que hacía que el más afinado trombón perdiera la vara y que las baquetas del tambor redoblaran con más fuerza que nunca.
Un día, un oboe lanzado, se acercó y le entonó el segundo acto del Concierto de Aranjuez y la flauta, sonrojada, no tuvo más que agradecérselo con la introducción del Lago de los Cisnes, fue un momento tan especial que allí mismo se prometieron amor eterno. Al poco tiempo decidieron ligarse, el encargado del acto fue el bombardino y como testigos, la tuba y el fliscorno. En el ágape, comieron ensalada de fusas con negra caramelizada de primero y estofado de semicorcheas de sengundo, de postre flan con blanca y café. Como era de esperar, Nerva, Paquito el chocolatero, Marcial, el Gato Montés, Camino de Rosas, etc. sonaron en la barra libre.