... Y sigo estando en el corral y escucho como cierras la puerta de la calle y salgo corriendo y para disimular y no alentar al personal siempre uso la misma técnica "mamá, ¿quién ha venido?" y siempre recibo la misma respuesta "nadie, ¿por?", "nada, me pareció que había llamado alguien..."
... Y sigo escondiéndome en el baño para fumar por si llegas y me pillas
... Y todo sigue oliendo a ti, a mamá, como cuando íbamos a la vendimia y al mes volvíamos a casa y la casa olía perfecta, y todo parecía más nuevo.
... Y si leo apareces en el libro, y si escribo, te escribo a ti... y, bueno, ya apenas canto, pero si alguna vez he cantado algo ha sido en el baño y fuerte como cuando estabas en el patio y yo hacía como que no sabía que había nadie y cantaba muy fuerte para que me escucharas y esperaba las risas al salir del baño y yo me hacía el sorprendido...
Pero bueno, ya al menos consigo recordar momentos que me sacan una sonrisa, aunque esos momentos sean los que más me ahogan de pensar que no los vamos a vivir más... o quizás si, porque como siempre estás aunque sea de otra forma...
Te quiero
Sombra que toca la mano de otra sombra...
ResponderEliminarHay silencios que no significan olvido. Un abrazo, Pedro.