lunes, 3 de mayo de 2010

El 30 de abril ya pasó...


Para los vecinos de Navas, los primeros días de mayo son toda una fiesta. En honor a la Virgen de la Estrella, todos los naveros nos juntamos en el campo, a excasos cinco kilómetros del pueblo a celebrar dicha fiesta.
Se arranca el día 30 de abril a las doce de la noche, esa noche mágica llena de encuentros, de volver a ver a ese amigo que vive fuera, de volver a pisar tu pueblo si eres tú el que vive fuera, de volver a abrazar a tu madre, primo o tío que hace meses no ves.
Y es que es algo difícil de explicar lo que siente un navero el día 30 de abril cuando la banda de música comienza a entonar los clásicos "Mayos"; posiblemente el que no sea de Navas no lo logre entender y piense que lo magnificamos demasiado. Para mi, sinceramente, va mucho más allá de la fiesta en sí, es la noche que llevamos esperando durante el resto del año, es un momento corto pero como he dicho anteriormente mágico, tiene algo especial, lo que nos hace abrazarnos, sonreir, emocionarnos, acordarnos muchísimo de la gente que ya no está o de los que por cualquier tipo de circunstancia no se encuentran en estos momentos en Navas. También se despierta el sentimiento de querer vivir con tus amigos de fuera eso que parece tan tuyo, lo que les has contado durante meses y deseas con todas tus fuerzas que ese día se quede grabado en sus mentes.
Por todo esto que tanto cuesta explicar, mando un abrazo a todos los naveros que este año han pasado esa noche en el pueblo y a los que no pudieron estar, como mi amigo Paco, del que tanto me acordé esa noche que por motivos personales se encuentra en Italia pero sé que de algún modo estaba entre los músicos, incluso parece que escuché sonar su trompeta en algún momento de la noche.
Para ti, Paco, mi más sincero abrazo.

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